Columbia, 1957
Hace un par de días fue el primer cumpleaños de nuestra hija, Libby, y mi esposa y yo organizamos una pequeña fiesta para celebrarlo, lo cual, en estos casos, suele ser siempre algo que se hace más para los padres que para el bebé, pues este último prácticamente nada recordará de la efeméride, salvo quizá las fotos que algún día, con el paso de los años, llegará a ver. Pero el disco que sonó durante las varias horas que duró la fiesta,
Dave Digs Disney, del Dave Brubeck Quartet, me ofrece la oportunidad de enviar una nueva postal en la que exploraremos una unión inusitada—en esta ocasión el jazz casi académico de
Dave Brubeck y las melodías juguetonas de las películas de
Walt Disney—que acaba por funcionar a la perfección. ¿Jazz y Disney? No es esto ya algo extraño en los tiempos que corren, pero era una verdadera rareza, casi un sacrilegio dentro del mundo del jazz, allá por 1957 cuando a Brubeck se le ocurrió la idea, al parecer en el transcurso de un viaje a Disneylandia con sus hijos. O al menos eso es lo que dice
George Avakian en las notas originales del disco, y no hay razón para dudar de sus palabras, ya que Avakian actuó precisamente como productor del álbum, que ha sido uno de los de mayor éxito de la prolífica carrera de Brubeck y su cuarteto.
|
Brubeck y su cuarteto en el estudio |
Brubeck era, sin duda, el músico perfecto para realizar este tipo de proyecto, ya no sólo por el particular sentido del humor que compartían él y el gran saxofonista
Paul Desmond, sino porque la mayor parte de los temas incluidos en el elepé figuraban desde hacía un tiempo en el repertorio del cuarteto. Así pues, no quedaba más que meterse en el estudio a grabarlos, algo que ocurrió en tres sesiones repartidas entre Nueva York y Los Ángeles durante el verano de 1957. La formación de la banda es la clásica, con Brubeck al piano, Desmond al saxo alto,
Norman Bates al contrabajo y
Joe Morello a la batería, y como suele suceder, la compenetración entre piano y saxo no presenta aquí fisuras de ningún tipo. Los temas elegidos proceden todos de las bandas sonoras de cuatro de las más clásicas películas que por aquel entonces había producido la factoría Disney (
Alicia en el País de las Maravillas,
Pinocho,
Blancanieves y
Cenicienta), todas ellas a cargo de algunos de los mejores compositores hollywoodienses, como
Sammy Fain,
Ned Washington o
Mack David. La canción que abre el disco,
"Alice in Wonderland", es una elección idónea, pues con su suave melodía introducida en solitario por Brubeck al piano, nos anuncia ya que éste es un disco diferente, a lo largo del cual los cuatro músicos participantes van a guiarnos, si es que nos dejamos llevar, por ese País de las Maravillas al que el título hace referencia.
"Give a Little Whistle" (cantada en la versión original del filme
Pinocho por el siempre interesante
Cliff Edwards y traducida al español como "Dame un silbidito") es una melodía divertida que facilita la interacción entre Brubeck y Desmond. Algo similar ocurre con
"Heigh-Ho", la canción que los Siete Enanitos entonan camino al trabajo en
Blancanieves: se trata de melodías simples e incluso pegadizas que pianista y saxofonista se ocupan de modificar a través de improvisaciones lúdicas que nos hacen olvidar pronto que nos encontramos ante un tema compuesto para el público infantil. Así de profundo y efectivo es el tamiz jazzístico del cuarteto de Brubeck.
|
Paul Desmond y Dave Brubeck |
La recreación de la excelente balada de Ned Washington y
Leigh Harline "When You Wish Upon a Star" (de
Pinocho) representa uno de los momentos cumbre del álbum, con unos solos de Brubeck y Desmond tan líricos como sorprendentemente cargados de matices casi blueseros. En
"Some Day My Prince Will Come", una de las más memorables piezas de la banda sonora de
Blancanieves, Brubeck y el cuarteto se divierten atacando el tema a ritmo de vals para ir cambiando ritmos e incluso tempos a lo largo de los más de ocho minutos que dura el corte.
Miles Davis no tardaría en incorporar este tema a su repertorio—y
Louis Armstrong, entre otros, grabaría con éxito "When You Wish Upon a Star"—, pero no conviene olvidar que fue Brubeck quien lo hizo primero y de un modo muy inteligente. También de
Blancanieves procede la composición que cierra el álbum,
"One Song", introducida por el saxo alto de Desmond, que no duda en alejarse de la melodía prácticamente desde el principio, convirtiendo la pieza en un agradable vehículo improvisatorio en el que él lleva la voz cantante. El disco fue reeditado en CD en 1994 con dos grabaciones extra,
"Very Good Advice" y
"So This Is Love" (de
Alicia y
Cenicienta, respectivamente), registradas en las mismas sesiones pero que no llegaron a formar parte del elepé original. Además, Columbia confeccionó una segunda reedición dentro de la serie Legacy en 2011, esta vez en forma de un doble CD que incluye las versiones en mono y estéreo del álbum junto con varias tomas alternativas de enorme interés para comprender mejor el proceso de creación de un proyecto que, en un principio, a Avakian le pareció, como rememora en
esta breve entrevista, una verdadera locura. A mi juicio, el paso de los años ha demostrado que no lo era en absoluto, y hoy
Dave Digs Disney se distingue por ser un disco innovador y muy recomendable que—¿quién sabe?—quizá incluso ayude a que los más pequeños, como mi hija Libby, descubran y aprendan a disfrutar del buen jazz.
|
Single británico editado por Fontana y extraído de Dave Digs Disney |
No comments:
Post a Comment